Cuando tus ojos vean lo que ya no se ve y tus manos toquen lo que ya no se toca, tus ojos ya no serán tus ojos y tu cuerpo ya no será el tuyo”.
-Los Nombres del Aire / Alberto Ruy Sánchez
Monólogo dancístico dirigido por Tatiana Zugazagoitia, inspirado en la novela Los nombres del aire de Alberto Ruy-Sánchez.
Tarde en Mogador es un espectáculo íntimo, que habla acerca del deseo, del amor, del abandono, la tristeza, la evocación y la melancolía que sobreviene al término de una relación amorosa, todo en el ambiente sensual de la novela.
Tatiana encarna en Fatma, invitando al espectador a evocar sus tardes de anhelo y añoranza, ésas en las que la melancolía adquiere un perfume color sepia.
Idea original, dirección e interpretación: Tatiana Zugazagoitia
Codirección: Óscar Rubalcaba
Cantante: Rita Guerrero
Textos: Alberto Ruy-Sánchez
Música original: Armando Contreras
Diseño de escenografía: Jorge Ballina
Diseño de iluminación: Víctor Zapatero
Diseño de vestuario: Cristina Sauza
Fotografía: Eduardo Cervantes y José Jorge Carreón
Beca del FONCA a Fomento a Proyectos y coinversiones culturales 1998.
Afternoon in Mogador
Danced Monologue directed by Tatiana Zugazagoitia, inspired on the novel “The names of the Air” by Alberto Ruy-Sánchez.
Afternoon in Mogador is a very intimate show that talks about desire, love, abandon, sorrow, longing and the melancholy that overcomes at the end of a love story, all in the sensuous atmosphere of the novel.
Grant from FONCA (National endowment for the Arts) in 1998.
…heredera de toda una tradición en los foros, como artista corporal, Tatiana domina la escena durante la hora que dura la función. Mantiene el interés sobre de ella sin cansar y logra tener un ritmo alternante de gran energía y quietud. El montaje en su totalidad es coherente. Nada está fuera de lugar, todo es exacto y preciso. Tatiana entiende de manera muy orgánica su papel y lo actúa sin trastabillar o dudar.
Rosario Manzanos
Proceso, 12 Julio 1998
En la playa de la ciudad imaginaria de Mogador, una mujer danza corno ave atrapada en una espiral de fuego, el deseo sale de su cuerpo nostálgico en forma de viento para buscar en el mar el último eco del canto de una sirena. Y aunque es absurdo desear algo que está lejos, su cuerpo se mueve con frenesí mientras busca dentro de las caracolas la voz amada que perdió… De modo que Fatma reencarnó en Zugazagoitia para contar, mediante la danza, la historia de su pasión. Esa búsqueda que se emprende siempre que descubrimos el deseo en el cuerpo. Una batalla para atrapar el viento, para poseer, ilusoria lo inaccesible…
Estela Alcántara
GacetaUNAM, 6 Julio 1998